sábado, 23 de mayo de 2020

Confinamiento II

Hace calor.

El verano, que ayer estaba lejano, se abre paso hoy en este confinamiento que nos ha hecho perder ya dos meses.

Poco a poco, los días son cálidos, y apetece buscar una sombra para guarecerse de implacable sol que está tostando nuestros hogares.
No quiero ni pensar como estará pasando la gente que viva en edificios  en ciudades donde, ni siqueira unos metros de patio, pueden dar desahogo en estos dias.
Esto está demostrando que la ciudad es probablemente el peor sitio para vivir. Todo ruidos, contaminación, falta de espacio... Pero es donde debemos estar. Es nuestro bosque. Lo hemos construido a imagen y semejanza nuestra.

Recuerdo de niño salir de casa, y en el escaso kilometro que la separaba del colegio, poder andar en espacios adornados con charcos, piedras, insectos y animales que se ponían a nuestro paso. Hoy, eso es casi imposible. Las piedras han sido sustitidas por asfalto y aceras, y los animales, bueno, algunos siguen ahí, pero ahora es más dificil encontrarlos. Recuerdo que en mi colegio había dos pasillos con unos pinos que sobresalían por encima de los tejados. No llegaba la luz del sol, mantenían la humedad en la tierra y podías encontrar una miríada de animalillos que se escabullían entre las piedras. Mis favoritos eran los bichos bola o cochinillas. Hace años que no veo ninguno.

Otro recuerdo que tenía era ir jugando a la hora de comer a casa. Un trayecto de cinco minutos me llevaba veinte la vuelta. Y luego apuraba a última hora para poder ver acabar ese programa que acababa a las tres menos cinco.

Ahora me viene a la memoria esa nieve que cuajaba en el colegio, con la que estaba deseando jugar en el recreo. Recuerdo los recreos, en ese patio inmenso, donde aprovechabamos para dispersarnos y jugar a cualquier juego en grupos. Ahora, apenas recuerdo las caras de mis compañeros de clase, salvo a los más cercanos. Creo que sería incapaz de recordar los nombre y caras de las treinta o más personas que me acompañaban en el colegio.

Me apetece que llegue el otoño, ese otoño que recuerdo con lluvias, no este que tenemos ahora de tierra seca y marrón.

miércoles, 20 de mayo de 2020

Confinamiento

Cada dia despierta con el sonido del despertador. Hasta ahora el tiempo podía ser lo que diferenciara un día de otro.
En mi ventana puedo ver y oir los mirlos cantar mientras el sol se va levantando y va calentando por momentos las ventanas y paredes de mi casa. Cada jornada, el calor va siendo mayor, pues se acerca el verano.
La única diferencia entre los días pasa por el programa de televisión que se puede ver en la tele, aunque esto, hoy por hoy, no tiene mucho con la televisión a la carta.

Apenas veo la televisión, pero me gusta ver lo que está emitiendose en el mismo momento. No me gusta bucear entre tanta oferta de programas, que en general, no son mejores que los que emiten en ese momento. Para mi la televisión es un punto de evasión, pero esto no quiere decir que me trague cualquier cosa, aunque a veces he visto programas que en cierto momento me dieron que pensar que estaba desperdiciando tiempo.

Esto me está empezando a pasar con twitter, no uso facebook aunque tenga una cuenta. En su momento vi como facebook era una especie de saco donde era imposible encontrar nada, sólo lo que fuera "trending topic", es decir, tendencia. Noticias, generalmente falsas, o como poco, exageradas, escritas en momentos de excitación a las que luego es dificil volver. En su momento lei que facebook era como un saco donde cuando metías la mano, no sabías que iba a salir. Me parece una buena definición. Esta red social tenía algo que me gustaba. Podías compartir fotos e historias con tus amigos, pero se volvió inmanejable cuando se le vió todo el potencial para difundir noticias y basura.

Por otro lado está twitter. Esta era una red que no terminaba de entender ¿140 caracteres? ¿que es retuit? ¿que es todo esto? Era una locura, aunque su dinamismo hacía que fuera facil quedarte absorto en el mismo.Finalmente la he utilizado durante bastante tiempo, pero he de reconocer que me está pasando lo que con la tele, estoy empezando a zozobrar de intereses que tengo hacia estupideces o vanos usuarios que intentan hacerme pasar por verdadero lo que es, a veces de manera notoria, falso, o como dije antes, exagerado.

¿Necesitamos un apagado digital o al menos un resteo? Me da que si. Pero una vuelta a los origenes tampoco es, desde mi punta de vista, una estrategia válida para estar informado. Todos los periodicos, desde el más grande y tradicional hasta el más pequeño y nuevo, pecan de "clickbait". Es decir, sueltan el gancho para que entres en sus páginas y puedan monetizar su contenido. Da igual que sea falso, exagerado o no, la importancia no es la información, o por lo menos la información veraz. Esto está siendo un clavo en el ataud de los medios de información tradicionales, y aquí meto también a radios y televisiones, pues están entrando en ese juego. Son capaces de cambiar a periodistas o relegar a presentadores con una amplia experiencia y/o credibilidad a franjas horarias que nadie ve.

Toda esta retahila de palabras para no decir nada que no es evidente. Necesitamos estar informados para poder tener una opinión, pero el propio acto de informarnos puede modificar nuestra opinión hacia algo que, a priori, no es correcto, no está bien.

martes, 19 de mayo de 2020

Revisando esto.

Estoy revisando las entradas antiguas de la bitácora, y en ella me veo a mi mismo. Si bien es cierto que hace años que no pongo nada en él, también es cierto que todo lo que está escrito ha sido escrito por mis dedos.

Me trae recuerdos de juventud. Cuando todo esto de Internet estaba en pañales, casi nadie escribía, y los que lo hacían, solía ser desde una perspectiva muy personal y agradable.

He visto que muchos de las bitácoras que seguía y leía habitualmente e incluso interaccionaba, tampoco eran muchas, la verdad, ahora han desaparecido, o en el mejor de los casos llevan años sin actualizarse. Esto me lleva a pensar a como hemos cambiado en nuestra relación digital con el mundo.

Aunque la democratización de las herramientas de Internet permite que cualquiera pueda escribir y expresarse en las redes, y con redes me refiero a redes sociales o herramientas de mensajería rápida, estas expresiones han pasado de ser comentarios, o entradas en blogs más o menos pensados, o reflexionadas, a ser simples frases repetidas como cacatuas desde otros focos demasiado a menudo. Me refiero a la difusión de frases o pensamientos cortos, muchas veces fuera de contexto y sin meditar suficientemente. Esto también existía en las bitácoras, antiguos blogs, pero era más complicado que su contenido se viralizara como la polvora, cosa que ahora si ocurre ya que antes poder escribir precisaba de la ardua tarea de loguearte, poner los dedos sobre el teclado y escribir. Ahora es mucho más facil, simplemente dando "click".

Hoy en dia, aquellos artículos sesudos que precisaban de al menos 10 minutos de lectura, son hilos, en muchas ocasiones tan sesudos o más que antes, pero que se pierden en la vorágine de repeticions, contestaciones, partes fuera de contexto, que muchas veces te pueden dejar sólo con una parte del mensaje. Aun así, aun hay blogs personales que te ofrecen sus opiniones, o explicaciones sobre sus aficiones que merece la pena seguir. Algunos son profesionales y suelen está alojados en sitios de periodicos, cuando no se han convertido en piedras angulares de ciertos diarios. Otros siguen siendo personales, o se han aglutinado en ramos de blogs con nexos comunes. Algunos se han convertido en podcast. 

También me viene a la memoria algunas páginas como meneame en la que muchas veces aprendías más por los comentarios que por las noticias que se compartían en si. Todo esto también se ha perdido. Cada dia, sobre todo en las noticias relacionadas con la política, se puede ver como hay más polarización acerca de las opiniones, y menos opiniones sosegadas y meditadas, que no por ello han de ser correctas, y sobre todo se ha perdido el respeto. El respeto a que alguien piense diferente.

Bueno, esto ha empezado como un ataque de nostalgia sobre mis primeros pasos activos, que no es que fueran muchos, en Internet, y ha acabado siendo una queja sobre el uso de las redes sociales en la actualidad.

Intentaré seguir escribiendo aquí, y espero hacerlo con más regularidad. No para que nadie me siga, eso me da igual, sino para poder desahogarme de lo que veo a mi alrededor.