Pues si, parecía que la cosa no llegaría, pero llegó.
Este sabado tengo en mi pueblo otra pequeña soltería.
Se trata de la soltería de unos amigos, amigo él, amiga ella. Es una soltería
conjunta, es decir, tanto de los chicos como de las chicas juntas.
Es la segunda soltería de este tipo a la que acudo. Normalmente suelen ser separadas, aunque a última hora de la tarde, los chicos acuden al local donde las chicas celebran la suya.
A mi, personalmente me gustó. Pero hay ciertos amigos que no les hace gracia. En fin, cada cual sus gustos.
La amiga es la pili. Y el amigo el pajaro.
Parafraseando a mi gran amigo Berlna, quien me pelo la primera vez, diría que puedo contar de ellos cosas que harian vomitar una cabra. Pero no puedo, pues no tengo su permiso.
En fin, ya os contaré que tal me irá, pero conociendolos como los conozco, probablemente acabemos en pelotas en la plaza del pueblo. O algo peor.
Mi ventaja en estas ocasiones es que, llegado un grado de alcohol, no recuerdo nada de lo que hago, ya sea caerme, o ser el tio más gracioso del mundo. En una ocasión me caí en un montón de cristales a la puerta de un pub llamado en aquel entonces Vertice. Me fui a casa seguidamente, y, al levantarme por la mañana, me encontre que tenía las manos llenas de costras de sangre, así como el pantalón. Mi madre no hacía más que preguntar que como me lo había hecho, y yo no sabía que decirle, tan solo que no lo sabía. Tres semanas despues, alguien contó la historía de como yo me caía al suelo.
Algún dia contaré la de como me enemisté con la novia de un primo mio a la que no conocía de nada. Aun recuerdo el rechinar de dientes cuando la vi al día siguiente en una cafatería. Mi primo se partía, pero la chiquilla, no hacía más que mandarme rayos por los ojos.
Bueno, pues cerrando, ya os contaré la soltería del próximo sábado. Aunque probablemente empiece el viernes. Solo Dios lo sabe. Y cuando acabará.....
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