jueves, 12 de abril de 2007

La conjura de los necios

Cuando en el mundo aparece un verdadero genio, puede identificasele por este signo;
todos los necios e conjuran contra él.

Johnathan Swift



Asi de lapidariamente comienza el libro llamado la conjura de los necios. No suelo hablar de los libros que leo, por la sencilla razón de que no creo que a nadie interese mi opinión, y además, no se realizar un analisis concienzudo y habil de los mismos. Pero de este libro he de hablar.



Hace tres años, comencé a leerlo, pero no pude acabarlo, debido a que otras cosas me surgieron. Probablemente tuve que comenzar a rascarme la barriga, o a estudiar. No me acuerdo.



A la vez, comencé con un triste blog llamado Añil Manchego. Este estupido nombre, proviene de que era el único usuario que se me ocurrió, que fuera facil recordar, para darme de alta en Ebay, el portal de pujas. Pues para probar, lo usé también en blogger. Con el tiempo, y debido a la ingente masa de personas que acuden diariamente a él, decidí no dar carpetazo y usar otro nombre. El caso, y no quiero irme por las ramas, es que puse a este libro, como uno de mis favoritos, sin habermelo acabado. Esto dió ocasión a que un amigo y un familiar, me pusieran de vuelta y media al ponerlo como uno de mis favoritos y reconocer, sin pudor, que no lo había leido. "¡Que sinvergüenza!", me dijeron. Por tanto, puse hace unas semanas a acabarlo. Pues tan malo no podía ser, le gustó hasta a mi madre.



El caso, tras leerlo, es que se trata sin duda de un buen libro, pero poco más. Algo parecido me pasó con el guardian entre el centeno, libro tonto donde los haya.


Creo que la historia del suicidio del autor, debido a que nadie lo quería publicar, es más interesante que el propio libro. Pero aun así me quedo con algunas partes de la narración.



Los personajes son un poco planos, aunque a veces te encariñas con ellos. De hecho, te puedes identificar, hasta cierto punto, con ÉL personaje. Ignatius J. Reilly. Estupido, egocentrico, presuntuosos, chapucero, manipulador, etc, etc... Es de lo peor, y aun así, terminas cogiendole cariño. O al menos lástima. Es como ese gato que no hace más que arañarte, pero que cuando lo miras, solo puedes ver un animal con una carita... en fin, eso es.



Pues esta entrada está dedicada a ellos dos. Ellos saben quién son.


Un saludo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

pues ami el guardian entre el centeno me gusto. Modorro.

Unknown dijo...

Que se coje cariño a ese tío?? Llevo unas 50 páginas y lo que deseo es que alguien le mate, qué tío más asqueroso!!

Por cierto, si quieres hacerte crítico de libros ahora, yo te diría que comentes algo acerca de "El bastardo recalcitrante". Ese sí que es un gran libro, y la historia de su escritor, un inglés al que deportaron de Sudáfrica, tampoco es manca, aunque seguro que si lo mentas no tardarás en comentar los libros de Wilt...

anilmanchego dijo...

Jeje, si solo con 50 páginas te dan ganas de matarlo, cuando llegues al final y leas la que lia, te darás cuenta de que al fin y al cabo, solo es un gilipollas sin cerebro.

Yo creo que todos somos/hemos sido/seremos en algún momento Ignatius J. Reilly.

Respeto a los libros de tom sharpe, me con ellos me he reido un montón, pero son muy chorras. Son muy parecidos y tienen sus altibajos.

Léete "Becas Flacas", es de lo mejor, te va a gustar.

Anónimo dijo...

has tardado 3 años en acabarte el libro tío. así no se puede hacer un comentario serio. te recomendaría que lo vuelvas a leer pero esta vez a ver si tardas menos. imagínate que es un libro de esos que prestas en tu biblioteca y sólo tienes 2 semanas.todavía no comprendo por qué lo sigues poniendo en tu perfil como uno de tus libros preferidos... a menos que dicho adjetivo tenga para tí un significado especial... eres un ignatius reilly!!!

anilmanchego dijo...

he tardado 3 años desde que lo empecé por primera vez, y que lo he acabado.

En realidad, empecé en febrero o por ahi a volverlo a leer, con lo que ha sido un mes,o poco más.

Te digo que el libro está bien, pero no es para tanto.

Un abrazo para Carlos III. y no es un brandy