miércoles, 5 de octubre de 2005

El dia del ángel II

Hace unos años, la asociación ecologista ANEA, se propuso escribir una revista llamada "el carranchín". Esta revista no se llegó a publicar, pero sirvió de germen para futuras publicaciones que si vieron la luz.

Una de estas historias es la anterior llamada El día del Ángel, y esta es otra de estas historias


Por el huesudo cauce del Cigüela no corre agua, corre viento u arrastra tierra y corremundos y oxido del hierro que se pudre en su seno. No hay peces, ni cangrejos y en su antaño prolífica vega no crecen más que sueños desesperados revolcándose en la incipiente sequía que anuncia el terreno arenoso. Los grandes encinares se han extinguido, los patos no vienen, las grullas desaparecen, las aves frías se olvidan de La Mancha, la vida que se conoció huye muriendo y en su fuga siembra un paisaje de desolación, amargura muerte mientras miramos rogando al cielo por una lluvia que tal vez no vendrá. Descienden diariamente los niveles freáticos porque sale más agua de la que entra, la tierra se seca, nadie es culpable, cerrando los ojos y refugiándonos en la indiferencia y en la ignorancia.

Los Ojos están ciegos, aquellos que tal vez presenciaron la muerte de Amilcar Barca, aquellos que tal vez han visto pasar la historia desde sus más remotos inicios ya no ven nada, sus cuencas vacías están llenas de insectos que aun rebuscan entre su calavera trozos de carne con la que saciar su hambre, pero ahí no acaba su osamenta, se extiende por todo el escondido subsuelo descarnándose, descalcificándose hasta las Tablas, hasta Villarrubia, hasta tu casa donde agoniza día tras día implorando ayuda que se le niega siempre desde arriba.

La naturaleza cambia que no muere. Nosotros si moriremos, el hombre, el elegido al que se le entregó la creación desaparecerá porque es estúpido, egoísta y cruel y no ve ni mira más allá de donde alcanza su pisada.

Por Andrés Carretero


AÑADO:
He de comentar que estos dos relatos, para mi eran tenidos como uno solo, hasta que Agustín me hizo ver mi error. Me gustaba el contraste entre ambos paisajes descritos, uno bucólico y otro desesperanzador. Ahora pongo justamente a sus dos autores, no son familia ni nada por el estilo.
He cambiado parte del texto del post, para poder enmendar mi error.

Un saludo

He de decir que yo entendí

2 comentarios:

Rabanero dijo...

No parece que sean parte del mismo relato. Ni se parecen en contenido ni en estilo de escritura. Seguro que se lo escribieron dos negros.

Aunque entiendo buena parte del relato, que narra la vida en un pueblo de la Mancha cualquiera, otros términos y localizaciones son tan particulares que me parecen hebreo. Y es que sois una jodida panda de culturetas endogámicos.

Odio a los de tu especie.

anilmanchego dijo...

Eso es lo mejor de la historia, esa manera de cortar un paisaje hermoso despreocupado e idilico. Un locus amenus que se llama, y como se rompe y se descarna en una especie de lugar donde solo hay sequía y desesperanza.

Me alegro de que te guste.